Este trabajo estudia las dimensiones políticas del cine de los años ochenta en América Latina, indagando las estrategias barrocas que componen las imágenes desde una perspectiva crítica que cuestiona la invasión de la forma mercantil homogeneizante y abstracta sobre la vida social. El libro propone una aproximación a la crítica cultural a la modernidad capitalista, planteada por el filósofo ecuatoriano Bolívar Echeverría, pensando la relación entre cultura y política a través del cine como espacio para la constitución de los político y por lo tanto, de la imagen como espacio de lucha.